Buscar en este blog

14 junio 2010

Retirados del retiro


BB
Retirados del retiro
29 de abril de 2010

Si hay un tema que a los Baby Boomers nos acosa en cada esquina, como Jason a los adolescentes en los campamentos de verano, es el del retiro. Aunque muchos soñamos con ese momento en que no tengamos que planchar los sábados o mandar al laundry esa ropa formalota y poco favorecedora que hay que usar para trabajar, también se nos hace difícil imaginarnos el paso de las semanas tirados en un butacón reclinable, con un six-pack, viendo deportes, canales de comida o telenovelas, a lo Homero Simpson. Horror!

Además, digamos la verdad: es que estamos como queremos. Tenemos tanta gracia, flexibilidad y ganas… de lo que sea, como cualquier joven con 20 años menos que nosostros. ¿Cuándo nuestros abuelas y abuelas soñaron que pasados los 55 tendrían que tomar decisiones tan difíciles como qué ponerse para ir a bailar un jueves en la noche; ir al crucero o al viaje trasatlántico; escoger el arreglito cosmético o el pago de la parte del levante -que está en mala situación económica-, para que nos acompañe en nuestras vaciones; darse una vueltecita el miércoles para catar un vinito o el viernes optar por aportar una cancioncita a la bohemia del mesón?

Nada, que la vida no es fácil, pero hacemos lo que podemos. Es que aunque el estrés nos mata somos del grupo de los que no se amilanan. Buscamos alternativas.

Resolvemos como sea; lo propio y lo ajeno. Ayudamos a comprarle casas a los hijos, les cuidamos sus hijos, resolvemos sus conflictos matrimoniales, les pagamos sus pensiones alimentarias y sus gastos legales, pero a quien nos ve ni le pasa por la mente porque somos, estamos y nos vemos fa-bu-lo-sos.

¿A quién se le puede ocurrir que cojamos el dinerito del retiro sólo para nosostros mientras nuestros muchachos y muchachas pasan vicisitudes porque aún no han aprendido a destetarse ni a cuidarse por sí mismos? No. Así no somos nosotros. Sufrimos en privado y gozamos en público. Perdemos el sueño por las preocupaciones, pero plantamos cara. Una cara sonriente, alegre, realizada y, en muchas ocasiones, estirada.

Por eso somos los del boom; porque somos una explosión de iniciativa, valor, empuje y resistencia. Que nadie crea que nos va a sacar de circulación tan fácilmente. Es más, no nos retiramos. No nos da la gana. Después de todo, ¿para qué los científicos consumen sus vidas dentro de fríos laboratorios, vestidos con batas sin color ni estilo si no es para que los que estamos afuera alarguemos la pachanga? Y nosostros les damos gusto. Estamos dispuestos a ser sus conejillos de Indias. Así somos.

Por eso, camaradas, cuando nos veamos en los cines, en los pubs, en las tertulias, en las bohemias, en los eventos deportivos o por la calle compartamos una guiñada disimulada y una leve sacudida en la solapa como contrseña de que somos del club de los BeBés; de los baby boomers en pie de lucha. Porque… así somos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario